La actual Cofradía tiene su origen en la Cofradía que existía en el barrio marinero de Sabugo en el siglo XVII, llamada Ánimas de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Cristo. Salió por primera vez a la calle el Viernes Santo de 1685, habiéndose acordado que los cofrades habían de llevar la imagen de la Soledad y "cuatro túnicas habiéndolas, si no con la mayor decencia posible, acordándose también que el mayordomo haya de comprar una trompeta". La Cofradía participaba de otras festividades religiosas además de las propias de la Semana Santa, así en la de los Dolores de Nuestra Señora y otras. En el año 1694 ya había 110 cofrades, lo cual da la fe de la devoción que extendió a la Virgen de la Soledad en aquella época. Esta Cofradía pervivió hasta el año 1773, fecha en que acaba el libro de la Real Cofradía, que figura en el Archivo Parroquial de Santo Tomás, pero existen razones para suponer que siguió existiendo como tal durante bastantes años dada cuenta del arraigo de la devoción y la tradición que llevó a restaurar esta Cofradía. En base a ello, se funda en 1953 la hoy conocida como Real Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y de la Santa Vera Cruz, siendo párroco de Santo Tomás, Don Mateo Valdueza. Su primer Hermano Mayor sería Don José Ramón Arias Rodríguez del Valle, que sería el encargado de ir en persona junto a otros miembros a recoger la valiosa Reliquia de la Santa Cruz “Lignum Crucis” a Santo Toribio de Liébana, y que, merced a las instancias del Obispo de Oviedo, Don Javier Lauzirica y Torralba, al entonces Obispo de Astorga, consiguieron que la Reliquia esté en la Parroquia de Santo Tomás. Contaba la Cofradía en esta época con 327 miembros, 77 hombres y 250 mujeres.
Tiempo más tarde, otro hecho significativo en la historia de esta Cofradía es la concesión en el año 2012 del título de REAL COFRADÍA por parte de la Casa de SM El Rey.
La procesión de La Soledad tiene lugar el Viernes Santo al caer la noche, tras el Sermón de La Soledad pronunciado por un reverendo párroco, asignado por la Junta de Gobierno, en la Iglesia de Santo Tomás de Cantorbery.
La Reliquia del “Lignum Crucis” abre la Estación de Penitencia en una andilla a hombros de los cargadores de la Cofradía, escoltada por la Escuadra de Gastadores de Cabo Noval, Cofrades de Honor y Escoltas Perpetuos desde 2007. Cabe destacar de esta andilla que fue encargada a comienzos de los
años 90 a Don Pío Morán por la Junta de Gobierno de entonces, quien lo realizó de acuerdo a las exigencias de la Cofradía de estilo clásico y en consonancia con el anterior.
Le sigue el Paso de Palio de Nuestra Señora de la Soledad, escoltado por el Cuerpo Nacional de Policía, Escoltas del Paso de la Virgen de La Soledad desde 2010.
Destaca de este Paso de Palio, la talla de Nuestra Señora, realizada por el imaginero Don Juan García Talents en 1956; la corona realizada por Don Pedro Durán en plata con aguamarinas; así como la candelería y los jarrones florales, también de plata.
La procesión continúa hasta el marinero Barrio de Sabugo, donde se adentra en sus estrechas calles resonando los tambores de nuestra Banda de Tambores y Timbales, hasta la Plaza del Carbayo, donde le cantan la Salve Marinera y la Salve Estrella de los Mares.
Recientemente, nuestra Cofradía también participa en la procesión de la Resurrección el Sábado Santo junto a las Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Esperanza y la Cofradía del Santísimo Cristo de Rivero y San Pedro Apóstol, poniendo así un gran broche de oro para la Semana Santa de Avilés, ya que en ella se representa la piedra angular de nuestra fe; la Resurrección de Cristo.